sábado, 11 de septiembre de 2010

"JULITA" (6ta parte) Ultimo capitulo -Epilogo-



Ana maría atendió el teléfono. Esperaba este llamado desde que Héctor y los asistentes sociales se fueron. Habría querido ir al hospital, pero tenía que cuidar a Julieta, ella no podía quedarse sola. Ya era tarde para ir. El médico de cabecera de Adriana le prometió que la llamaría si había novedades. Y nadie más que él podría llamar pensó ella. Así que aquí estarían las novedades.
Escuchó con atención con el teléfono pegado al oído. Su respiración comenzó a hacerse más rápida, casi como un gemido. El corazón le latía a mil revoluciones por minuto. Agachó la cabeza.
En ese momento Julita salió de su habitación y la miró fijo. Ana maría levantó la cabeza, dirigiéndose a Julita, pero con la mirada perdida. De pronto sus manos empezaron a temblar. El teléfono se deslizó por ellas hasta caer. El sonido del audífono chocando con el piso sonó como un estruendo en los oídos de la abuela de Julita. Todo daba vueltas, todo se desvanecía. Este era el fin. Ya nada tenía sentido ahora. Por su mente pasaron miles de imágenes. Como fotos, superponiéndose, cada una de ellas tratando de decir algo, cada una de ellas tapando a la otra diciendo que eran mejores. Se vio con su hija cuando esta aun era pequeña, jugando en la plaza. Se vio con su hija el día que dio a luz a su primera nieta. El día que supo que nada sería igual, que nada sería fácil. Se vio con su hija cuando apareció el papa de Julita, cuando apareció Valentino. Cuando las cosas emporaron aun más para todos. Cuando tuvieron que cambiar de medicación. Cuando la medicación se volvió insuficiente. Cuando quisieron llevarla a un centro residencial y su hija no quiso.
Todo daba vueltas en su cabeza.  Ahora miró a su nieta parada ahí, esperando la noticia. No pudo mirarla más. Se dio vuelta. Las lágrimas comenzaron a brotar de sus ojos. Sabía que no pararían. Su angustia era muy fuerte.
Una furia comenzaba a remplazar a la angustia. Aunque el dolor seguía estando allí. Y nunca se iría. Una furia contra la vida. Contra Héctor, contra Julieta. Juntos destruyeron la vida de su hija. Recordó cuando Héctor,  el Psiquiatra personal de Julieta, sugirió llevarla a un centro de salud mental, con residencia permanente. Pero Adriana no quiso. Adriana prefirió que este con ella. No le interesaba su condición. Ella estaba segura que con la medicación todo iba a resultar.
Pero cada vez empeoro más. Y Héctor tuvo que visitarla más seguido a Julieta para analizarla.  Pobrecita. Con la medicación toda su vida. Con 24 años, creyéndose de 9. Con un padre y un hermano que no existen.
 A su mente volvió el recuerdo de hace unos días cuando llegó a la casa de su hija a la mañana para saber cómo seguía Julita, el día anterior había estado Héctor para hablar con ella de cómo evolucionaba la nueva medicación. Cuando golpeo la puerta y nadie atendía, sacó la llave que su hija le dio para emergencias y abrió la puerta. Cuando entró vio a su hija tirada en el piso, ensangrentada. Y a su nieta al lado de ella dormida, desmayada.

-¿Qué pasa abuela? ¿Quién era?
-Nada querida- seguía dándole la espalda a Julieta. Las lagrimas sin detenerse.
-¿Qué pasó con mama? Estas llorando. Es por algo. ¿¡Que le paso a mi mama!? ¡CONTESTAME!
-Tranquila mi amor.
-¡Tranquila nada! ¡Tranquilo nada! ¿¡Qué le pasó a mi mujer!? ¡Vieja perra! Siempre ocultándome cosas. ¿¡Donde esta mi mujer y mi hijo!?
Julieta empezaba a respirar con mucha fuerza. Su abuela seguía dándole la espalda. No podía ni mirarla. No paraba de llorar, ahora con más intensidad. Sentía que su corazón iba a salirse de su cuerpo. No podía soportar más esta situación. Se dio vuelta. Buscó a Julita con la mirada empapada, pero no estaba.
-¿Julita?
-Ya voy abue. Quiero mostrarte algo. Quedáte ahí- su voz era angelical, como si nada hubiera pasado.
¿Los últimos minutos se habían borrado de su mente? Pensó la abuela.
Unos segundos después, Julieta apareció. La mano derecha la tenia escondida entre la remera que tenia puesta. Se acerco a su abuela lentamente. Observando cada centímetro de su cuerpo mientras caminaba hacia ella. Cuando estuvo muy cerca de ella, la miró directamente a los ojos.
-Te quiero mucho abue.
-Yo también mi amor- un espasmo surgió de su vientre. La angustia la dominaba. Casi no podía moverse.
-Pero yo no. Destruiste mi familia. Siempre estuviste en mi contra. Al Igual que ese tipo. Tratándome de alejarme de mis hijos y de mi mujer.
Sacó su mano de la remera. Y apuñalo a su abuela con el cuchillo que escondía. Una, dos, tres veces.
La mujer se desplomo en el piso. Sangrando. Trató de hablar. De su boca salía sangre. Julita soltó el cuchillo lleno de sangre. Miró a su abuela tirada en el piso, agonizando. Cayó de rodillas junto a ella. La abrazo con fuerza y la meció como una madre a su bebé. 
-¿Abuela que pasó?- continuaba meciendo el cuerpo, ya inerte de su abuela- te quiero abuelita, te quiero mucho.


...fin...

1 comentario:

SayNoFlog dijo...

Gracias a todos lo que me alentaron para que siga escribiendo la historia, cuando solo iba a durar dos o tres capitulos. y gracias por tomarse el tiempo para leerme. aunque no soy muy bueno escribiendo. Espero que les haya gustado leerla tanto como a mi me gusto escribirla.
gracias de verdad